Desde la aprobación del matrimonio igualitario en 2005, pasando por las diversas leyes de igualdad para el colectivo LGBTI+1 que buena parte de las comunidades autónomas han aprobado en la última década, España se ha convertido en un referente internacional de reconocimiento, respeto y valoración de la diversidad sexual, familiar, corporal y de expresión e identidad de género y de sus derechos humanos. Sin embargo, las personas LGBTI+ y todas aquellas que cuestionan el sistema sexo/género continúan encontrándose en riesgo de exclusión, discriminación y, en casos extremos, de sufrir agresiones y diferentes formas de violencia.